El próximo lunes, 31 de julio, cumplirá 62 años la biblioteca de la Legislatura de Río Negro. Fue creada en 1961 mediante la ley 202, autoría del legislador Farid Marón.
La Biblioteca Pública e Información Parlamentaria busca “brindar a la comunidad el conocimiento de las normas que regulan el funcionamiento de la sociedad, el material bibliográfico que permita la formación educativa y cultural, y suministrar las fuentes de información que faciliten la investigación”, según señala textualmente la Resolución 777 del año 1996.
Marón señalaba en los fundamentos de su iniciativa que “ni los cambios políticos ni aún la posibilidad de intervenciones, podrán influir en la trayectoria expresamente fijada, ni desviar o anular la proyección futura de la entidad. Si ello por desgracia ocurriera siempre habrá un responsable que tendrá que responder ante la ley”.
El primer director fue Jacobo Alberto Abrameto, quien reemplazó al abogado Orfilio Arró, luego que éste renunciara -para dedicarse a su profesión-tras haber accedido por concurso al cargo de bibliotecario.
“Sin tener conocimientos específicos, simplemente aplicando un poco de sentido común, diseñé una ficha para catalogar, clasificar y seguir cada proyecto en sus diversas etapas hasta que se convertía en ley”, contó Abrameto.
La colección bibliográfica se enriqueció con la biblioteca privada del ex diputado nacional Saturnino Salcedo, que fue adquirida a su familia tras su fallecimiento.
Poco tiempo después, y ante la necesidad de proyectarse a la comunidad, se realizó un programa de radio en LU15 Radio Viedma, en el que se leían poemas, comentarios de libros y algunos temas de actualidad legislativa.
Durante los primeros años la biblioteca legislativa funcionó en la calle Saavedra 534 de Viedma. En 1967 se instaló en la sede central.
También fue ubicada un tiempo en la esquina con Saavedra (donde antes estaba el restaurante de la Legislatura), en el vestíbulo principal y en la planta alta (sitio que lució un aire europeo gracias a una impactante boiserie antigua traída desde Buenos Aires).
Otras locaciones fueron Saavedra 577 (una sala luminosa, pero con un archivo oscuro y húmedo) y Rivadavia 64 (edificio moderno, amplio y calefaccionado, aunque con una distribución poco apropiada), hasta recalar nueva y definitivamente a la sede central de la Legislatura, en San Martín 118.
En el año 1977 la dictadura militar ordenó quemar los textos de una serie de autores, pero Abrameto -en una acción arriesgada y solitaria- decidió empaquetarlos con carteles que decían “Diarios de Sesiones, no toca” y ocultarlos en el sótano. De allí los sacaron en 1983, para ponerlos de nuevo en circulación.
Hoy posee aproximadamente 30 mil libros que abarcan todas las disciplinas del conocimiento; cuenta además con diarios locales, provinciales y nacionales, folletos y revistas; materiales en otros soportes como CD, DVD y libros escritos en braille.
Los servicios que ofrecen son:
√ Préstamos domiciliarios
√ Guía y asesoramiento en la búsqueda de información
√ Sala de lectura
√ Sala “Rodolfo Walsh” para investigadores y lectores
√ Espacio exclusivo para la niñez
√ Ficheros computarizados
√ WIFI
√ Información Parlamentaria
√ Leyes y decretos Provinciales
√ Leyes y decretos Nacionales
√ Versiones taquigráficas, diarios de sesiones, antecedentes parlamentarios
√ Boletines Oficiales provinciales y nacionales
√ Repertorios temáticos jurídicos
√ Discursos de los gobernadores
