La biblioteca no solo ofrece un espacio físico, sino que también en algunas zonas es un lugar de contención, donde las experiencias se entremezclan entre líneas y textos. Cada momento vivido, donde los cuentos leídos, las risas compartidas y el asombro, construyen lazos de unidad fortalecidos.
Fany Llanque y María Isabel Báez, a cargo de la Biblioteca Popular Nestoria Sanchez de Sierra Colorada, coinciden en que “la biblioteca se convierte en un faro de esperanza y alegría en medio del frío otoñal”. Y agregan que, “a pesar de las inclemencias del tiempo y las nuevas tecnologías, la búsqueda de conocimiento de estos chicos nos calienta el corazón, motivándonos a seguir trabajando para ofrecerles un lugar donde siempre puedan encontrar refugio, inspiración y magia en las páginas de los libros”.
“Ver a los chicos y chicas perderse en las páginas de un libro, compartir sus descubrimientos con amigos y discutir las historias que les apasionan, es una recompensa invaluable para quienes día a día abrimos las puertas del recinto, donde el arte y la literatura esperan el amanecer en cada mañana”. Si bien llegan los fríos, la invitación a que se acerquen a la biblioteca está hecha, ya que las puertas están abiertas para acompañar a los habitantes del pueblo”.

En este sentido hay que destacar la labor que las bibliotecarias llevan adelante, no sólo en Sierra Colorada, sino que a lo largo y ancho del territorio rionegrino con un profundo compromiso hacia la cultura y la educación, guiadas por la valiosa conducción de sus comisiones directivas y el acompañamiento del gobierno de Río Negro. Esto permite brindar asistencia a niños, niñas, jóvenes y adultos con diversas actividades que enriquecen a la comunidad